Para llegar a la final de la Eurocopa Alemania tiene que pasar este jueves por encima de Italia, precisamente la selección a la que nunca le ha ganado en grandes torneos. La historia no está a favor de los alemanes.
“Alemania seguramente nos tiene miedo”, declaró la estrella italiana Andrea Pirlo antes del partido de la semifinal de la Eurocopa en una clara alusión al pésimo balance de los alemanes, en partidos oficiales, ante su equipo nacional. En siete enfrentamientos contra Italia, en Mundiales y Eurocopas, Alemania ha conseguido cuatro empates y encajado tres derrotas.
Curioso es saber que los alemanes han igualado con los italianos únicamente en partidos de la fase de grupos de los torneos. Aquellos duelos en los que el perdedor empaca su maleta y se va a casa –como sucederá en esta Eurocopa 2012- se han decidido todos a favor de Italia.
Alemania e Italia midieron fuerzas por primera vez en un gran torneo internacional en el Mundial de Chile en 1962. En aquella ocasión el resultado deparó un 0-0 en la fase de grupos, la cual vio pasar a la siguiente ronda del torneo a los alemanes y al país anfitrión, en tanto que los italianos fueron eliminados.
El partido del siglo
Pero en la memoria se grabaría un duelo que tendría lugar ocho años más tarde, nuevamente en territorio latinoamericano, en el Mundial México 1970, que pasó a la historia con el nombre de “el partido del siglo”.
La semifinal de este Mundial, jugada en el Estadio Azteca de Ciudad de México, fue considerada como el partido más dramático que se haya visto en el fútbol. En el minuto ocho Italia se fue adelante en el marcador con gol de Roberto Boninsegna, Alemania tuvo que esperar con paciencia hasta el minuto 90, a pocos segundos del pitazo final, para igualar 1-1 por intermedio de Karl-Heinz Schnellinger, quien curiosamente jugaba para el AC Milán, y hasta entonces nunca había anotado un gol con la selección (ese fue el único que consiguió en 47 partidos con el equipo nacional).
En el alargue, Gerd Müller adelantó a los alemanes, pero Tarcisio Burgnich y Luigi Ria transformarían el 1-2 en una ventaja de 3-2 para Italia. Durante el tiempo extra, Franz Beckenbauer jugó con su hombro luxado, sostenido sólo por un vendaje, lo cual animó moralmente a sus compañeros. Alemania no se daba por vencida y otra vez con anotación de Müller equilibró el marcador a un 3-3.
Un minuto más tarde, cuando el partido agonizaba, Beckenbauer, tomándose su hombro acusando dolor, no atacó a Gianni Rivera, quien sólo en el área chica consiguió el 4-3 que le daría la victoria a Italia.
La copa perdida
El siguiente encuentro entre italianos y alemanes sucedería nuevamente en Latinoamérica, en el Mundial de 1978 en Argentina: otro inofensivo 0-0 en la fase de grupos. El partido cuatro años más tarde sería mucho más trascendental.
Conservando la tradición, Italia y Alemania se volvían a enfrentar en un país de habla hispana, esta vez España, en la final del Mundial de 1982. Los italianos, que en la primera ronda del torneo apenas obtuvieron 3 empates, llegaron a disputar la Copa del Mundo eliminando a las potencias suramericanas Brasil, Argentina, defensora del título, y Polonia.
Alemania, por su parte, jugó un Mundial con un rendimiento muy constante, pero no por ello el mejor, como reveló la derrota contra Argelia, el posterior empate con Inglaterra, y la intensa semifinal 3-3 contra Francia que se definiría por penaltis.
Los italianos dominaron el partido por el título mundialista jugado en el estadio Santiago Bernabeu en Madrid. El 3-1 reflejó la impotencia del equipo alemán ante el efectivo contraataque del rival.
La herida más profunda
En las Eurocopas de 1988 (1-1) y 1996 (0-0) alemanes e italianos no se hicieron daño. En el Mundial de 2006, el que es hasta ahora el último partido oficial entre las dos selecciones, la historia cambiaría.
En la semifinal jugada en el estadio de Dortmund, Alemania, anfitriona del evento, cada vez estaba más cerca de conseguir la meta anhelada por la afición: obtener el título en casa. En el tiempo regular el partido terminaría en 0-0 contra Italia, que a la postre, en el alargue, ganaría 2-0 con goles de Fabio Grosso, a pase de Andrea Pirlo, y Alessandro del Piero.
Para los alemanes esta es quizás la más profunda herida futbolística que les ha causado Italia, selección que se convertiría en campeona del Mundial. Alemania, hasta la derrota en la semifinal, estaba sumida en un estado de euforia que se denominó popularmente el “Sueño de verano”, cuyo despertar fue triste. La historia de los enfrentamientos entre Alemania e Italia escribe un nuevo capítulo este jueves en la Eurocopa 2012. La esperanza alemana es que esta vez no sea doloroso.
Via | DW-World